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Ernesto
Ruzak aprendió el oficio, como tantos otros, de la mano de su
padre. Su abuelo llegó a la Argentina en el año 1928, desde
Ucrania y se afincó directamente en Alem, un lugar donde se
radicaron también numerosas colectividades, como rusas,
alemanas, checas y eslovacas, entre otras. En el año 1955, su
padre compró el primer camión. Por aquel entonces todos los
caminos eran de tierra y llevaban madera a Buenos Aires,
transporte que demoraba más de una semana. Ernesto no había
terminado la secundaria, cuando sintió la necesidad de
empezar a trabajar junto a su padre. “El siempre decía:
‘para mandar, primero hay que conocer el oficio’; entonces
empecé manejando un camión”, recuerda con cariño.
Trabajaba en el monte transportando madera de pinos, la
llevaban a Posadas y regresaban con materiales de construcción.
Al principio se manejaron con camiones chicos, pero cuando
aparecieron los primeros Scania en el año 1976 no dudaron un
segundo en pasarse a la marca. La diferencia económica era
grande, pero en poco tiempo se dieron cuenta que los
resultados eran incomparables, a tal punto, que para 1984 habían
logrado reemplazar toda la flota con trece camiones Scania.
Llegó un período negro. La empresa corrió la misma suerte
que el único gran cliente que tenían y se fundió. Ernesto
aprendió el oficio de la construcción y posteriormente
ingresó como gerente de logística de Transporte Sartori.
Pero el sueño de la empresa propia no cesaba y, mientras se
desempeñaba como gerente, empezó a forjar nuevamente su
propia empresa transportista. El sueño estaba intacto.
Transporte Ruzak empezó a trabajar en 1997 y tiene como
principal cliente a YPF, empresa para la que realiza el
transporte de gas envasado y a granel, para la zona de Entre
Ríos, Corrientes,
Chaco, Formosa y
Misiones.
Paralelamente, posee una flota de diez camiones exclusivos
para el servicio internacional a Brasil. Hoy, su flota está
integrada por un total de 27 unidades, y el objetivo sigue
siendo el mismo que tenía cuando trabajaba con su padre: que
la flota lleve únicamente los colores de Scania. Y por cierto
que no está muy lejos. Ya tiene catorce camiones, cuatro de
la Serie 4 y pletórico, nos cuenta: “La mayoría de las
unidades disponen del motor 360, dado que se utilizan para el
servicio de transporte internacional, pero ahora compramos dos
unidades con motor 310 porque van a utilizarse en zonas de
llanura, y la carga de gas llega apenas a las 23 toneladas,
por lo que igual tendremos camión de sobra”, explica Ruzak.
Ernesto Ruzak está convencido de la conveniencia de contar
con camiones
Scania, a tal punto, que recuerda con gran
satisfacción su paso por la empresa Sartori, porque logró
que compraran por primera vez camiones de la marca. “Ellos
me pedían resultados y yo les dije que me dejaran
demostrarles los excelentes beneficios que podían tener con
Scania. Cuando empecé a trabajar con ellos, tenían tres
camiones y cuando me fui, en el año 98, tenían 47 equipos.
La diferencia está en el mantenimiento y los resultados, a la
vista”.
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